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REVISTA FUERZA DE LA PALABRA POESÍA 

 

Carolina Ruales, Cali, 1982

Profesional en Estudios Políticos de la Universidad del Valle, trabaja con comunidades en temas relacionados con derechos humanos y construcción de paz. Dentro de sus publicaciones en coautoría y antologías se encuentran: Trébol de cuatro hojas, Poesía (2014); Amores Urbanos (2015); Paisaje Inacabado (2020), Antología de poesía colombiana reciente; Aislados, Dosis de poesía para tiempos inciertos (2020); Desde la luz preguntan por nosotros (2021), Panorama de poesía colombiana contemporánea, Fundación Pablo Neruda. Ha publicado los poemarios Lírica75mg (2018), Colección Cantarrana de poesía, UCEVA; El despertar del abandono (2021) Colección de Autores Vallecaucanos.  Ocupó el tercer puesto en el concurso de poesía inédita de Cali, 2017. Obtuvo el Primer puesto en el Concurso de Autores Vallecaucanos, Premio Jorge Isaacs 2020, en la modalidad de poesía, con el poemario El despertar del abandono. Hizo parte del taller de escritura creativa Relata 2018 con el maestro José Zuleta en Cali,  y en el 2019 del taller Relata de Buenaventura, Voces en el estero, con el maestro Eugenio Gómez Borrero.

foto Carolina Ruales. de Diana Lobo.jpg

El despertar del abandono

 

Quizá lo indecible es decir:

no tienes padre.

Sólo un progenitor

que perdió de vista tu capul.

 

Quizá lo indecible es decir:

lo tienes, porque así se te antoja.

 

Prefieres su figura de piedra

atada a tu pecho.

 

Cada una de estas líneas

es una mentira necesaria.

 

Te aferras a ellas

tus músculos dicen la verdad

como el dolor del silencio.

 

Te empeñas en soportarlo

ignoras la daga que te partió

desde ese año maldito

cuando no escribías su presencia.

 

Caminas con ella atravesada en tu frente.

 

Ignoras

muchacha rota

tu descomunal resistencia

al despertar del abandono.

 

 

Hija rota, soy tu padre

 

Mis palabras retoñan en el cáliz de tu boca.

 

Visito tus espinas cada vez que miras revolotear las aves

del centro de Buenaventura.

 

Te asombras de las plantas que crecen a lo largo de sus edificios.

 

Sales del trabajo y vas frente al mar, a pensar en ese amor que no se queda.

 

Ves una familia completa y piensas en mí, tu padre sin materia, en tu madre que extrañas pese a tener su aliento tan cerca.

 

Hoy escribes palabras dictadas desde la espesura de mi camino ahuecado, las que alcanzas a agarrar en el aire de tu cuarto huérfano. Las demás se escaparon con los años, las escribes para que tu largo dolor, quepa dentro de mi nombre.

 

 

 

En los titulares de todos los días

 

 Cuando sea el momento, iré por tu rostro.

 

Estoy en el vientre de tu madre, en tu primer apellido, en cada gota de tu sangre, en los titulares de todos los días.

 

Marcharemos a un lugar donde el recuerdo será pan recién horneado y todas tus ficciones a mi lado se harán realidad.

  

 

 

Lo que me enamoraba de ella

 

No sabía aparentar ni le importaba.

 

Era tan transparente y rota que fue imposible no amarla.

 

Perdónala, negaron su derecho a ser niña.

 

En su silencio fui una canción de amor que tarareaba.

 

Ten piedad de su sufrimiento.

 

Al igual que tú, lleva la bruma del abandono en sus ojos.

 

 

 

 

Te escucho enhebrar palabras con puntadas perfectas

 

Modista de tristezas, alta costura de las heridas.

 

La distancia va cerrándose con la lentitud de los mejores bordados sin futuro.

 

Desearía entender tu cuerpo, abrazarlo y decirle: hola, traje aguja e hilo para remendarnos.

 

Intimida, no sabría qué tono de voz, qué marea de historias llevar a tus manos.  

 

Mi mejor lenguaje es la caricia y el silencio, atenta y precipitada al detalle de tus formas, tus sílabas.

 

Me consuelo con el momento en que pronuncias mi nombre, para vivir por un segundo, en la atareada soledad de tu existencia. 

 

 

Repiquetean en todo

 

Cantan los nombres en tu silencio indefenso de niña sin mi caricia.

 

Murmuran en el frenesí de las cocinas al preparar la sopa de queso que tanto te gusta.

 

En el concierto nocturno de las ranas y chicharras del monte.

 

En la percusión de la lluvia al caer en los tejados frágiles de tu casa.

 

En tus quejidos de dolor acompañados de risa nerviosa.

 

En el llanto de las aves sin bosque y las entrelíneas de los libros que lees, para distraer las lágrimas.

 

 

 

 

Sin el peso de lo irremediable

 

¿Qué pensamientos asisten cada noche

la silueta de tus culpas?

 

La distancia es verdadera.

 

El sufrimiento crea vínculos

más fuertes que la sangre.

 

Quererse es intrínseco

perdonar lleva tiempo.

 

No hará falta palabras

solo mirarse

sin el peso de lo irremediable.

 

 

 

 

Definiciones

 

Un muerto es certeza

separación del amado

ritual del llanto.

 

Una ausencia es distancia

duele con o sin cuerpo.

 

Existen ausencias de cuerpos presentes

bostezan en tus ojos

su lejanía hiere

pueden sonreír y escupir tu cara.

 

¿Qué es entonces un desaparecido?

 

Respirar la incertidumbre

tacto detenido de tajo

bisagra a la deriva que cargan

los condenados a la espera.

 

 

 

 

En este mundo de olvido

 

Las ruinas anticipan

la única verdad

del polvo que seremos

al que nos resistimos

a través de la palabra.

 

 

 

El abismo de tu llanto

 

Duelo inconcluso

pasado roto

escrito con todos los llantos.

 

Es el tuyo

arrojado al vacío de este instante.

 

Antonio

es tiempo de revelar

la geometría de este precipicio

que formó tu ausencia en mi silencio.

 

¿Por qué no me elegiste?

 

Sólo la verdad traerá sosiego.

 

La hora del sueño inducido regresa

tu voz se apaga

me deja dormir.

 

Arroja algo hecho

de las virutas de tu aliento

una palabra tuya

bastaría para sanarme.

 

¿Dónde te escondes?

 

Trae tu mano obrera

mima con ellas mi cabello lacio

se parece al de la niña traviesa

que no eras capaz de reprender.

 

¿Será esta memoria mi forma de abrazarte?

 

Busco tus pasos mientras logro perdonarme.

 

Algún día partiré al encuentro de tu sombra

y será la memoria

consuelo de los que quedan

artilugio invocado de nuestra presencia.

 

Muestra del libro  El despertar del abandono. Premio Jorge Isaacs 2020

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