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POESÍA  

REVISTA FUERZA DE LA PALABRA

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Alejandra Lerma, Cali, 1991.

Comunicadora social y periodista de la Universidad del Valle.

Es autora de los libros de poesía: Trébol de cuatro hojas (Coautoria-2014) Oscuridad en Luz Alta ( 2015) Precisiones sobre la incerteza ( 2017) y, No habitar ya la tierra (2019).

Algunos de los premios que ha obtenido son: XVIII Concurso de Poesía Ediciones Embalaje del Museo Rayo, II Concurso de poesía Ciudad de Palmira, I Concurso Nacional de Poesía Tomás Vargas Osorio, durante tres años consecutivos ( 2015-2017) fue ganadora de la beca de Estímulos para publicación de autores caleños de la Secretaría de Cultura de Cali, en el 2019 obtuvo el premio departamental Jorge Isaacs en la categoría de poesía y el Primer puesto en la Convocatoria Nacional Poética del aislamiento auspiciada por el periódico el Espectador y la editorial Cuadernos Negros( 2020).

Poemas suyos han sido publicados en las revistas literarias: Barbarie Ilustrada, el blog de Emma Gunst, Otro Páramo, Círculo de Poesía, La Raíz Invertida, Luna Nueva y Literariedad.

Hemos tardado mucho en construirnos

 

Hemos tardado mucho en construirnos

Los derrumbes, por el contrario, son instantáneos

Siglos sobre eternidades para que existan las ciudades

años de resistencia para dar forma al amor

y sólo se requiere un pequeño segundo

menos

una milésima

y todo habrá acabado

 

No valdrán oraciones

ni llantos hondos

la esperanza es un traje raído

 

Quedaremos igual que en el principio

desnudos

sangrantes

desposeídos de todo

creyendo que el vacío es la carga más pesada de llevar.

 

 

Plegaria para un adiós

 

Algún día me iré

y dejaré este cuerpo sobre la cama azul

que tantas noches se tragó mis llantos

 

Me iré como la niebla, como un pájaro rojo

como un destello pequeño que cruza el infinito

 

Será una despedida furiosa

con tempestades y gritos

un tranquilo adiós, lleno de calma y silencio

 

Me olvidaré de todo, guardaré mi nombre

quedaré impecable, sin bautizo ni credo

Volveré a ser virgen

primigenia, salvaje, profunda

 

Regresaré a mi casa,

y todo este dolor se irá apagando

 

Convertida en niña, nadaré en un útero caliente

donde ningún sonido, donde ninguna luz,

donde ningún horror llegue a tocarme

 

Alguna noche desvestiré mi piel

y quedaré en los huesos de los huesos

 

Regresaré a la tierra

sólo seré ceniza.

 

 

A mi oscura

 

Estás hecha de sangre

de dolores

este mundo te espera como un cuchillo

no acaba nunca de cortarte

 

Ningún hombre

ningún dios

ninguna promesa

va a redimirte

 

Vas a saber

que no existe guerra

desamor, herida, muerte

que extinga tu llama

 

Arderas, mi pequeña demonia

en tu infierno preciso

 

No necesitarás consuelo

después de cada incendio

la luz te llenará por dentro.

 

 

Sol que vuelve

 

Ha regresado mi cuerpo

cualquiera puede verme

mi existencia es verificable

al tacto

y a la luz

 

Estoy

completa

de pie

Hablo

contesto

con regularidad y aplomo

las preguntas que me lanzan las sombras

las personas

 

Pero no puedo ser yo

no puedo estar

no hay forma del retorno

Esto que ven

no es más que carne

amontonada

por la ausencia

 

No volveré

me quedaré escuchando el viento y el camino.

 

 

Tendrás que perdonarme, padre

 

Tendrás que perdonarme padre

por destruir mi cuerpo para ir a buscarte

de todas maneras

otro hombre lo habría destrozado

un amante

un amigo

un hijo

entonces dejemos claro

que este es el menor de los males

y aunque la muerte prohíba llevar extremidades

cuando te encuentre

voy a abrazarte hasta que me sienta viva.

 

 

Tus amigos elevan el féretro

 

Tus amigos elevan el féretro

lo alzan sobre sus hombros

mamá recuesta su cabeza en la columna del templo

yo entrelazo su mano

y mi hermana muerde su rabia

un temblor se aproxima

nadie lo nota

pero van a enterrarnos contigo.

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